viernes, 26 de junio de 2009

CRISIS EUROPEA POR DESOCUPACIÓN


Cuando las grandes empresas entran a la crisis financiera, empiezan a cuidar y controlar sus gastos para mantener la rentabilidad de su negocio. Luego estas medidas se extienden a toda corporación que se halle lo suficientemente afectada por la crisis. Una de las primeras medidas que se toma es relevar cierta cantidad de personal de sus puestos. El problema es que ante la última crisis, la actual, dicha cantidad se ha vuelto sustancial.

Desde enero de 2006 no se registraban, en la Unión Europea, índices de desocupación tan altos como los presentes actualmente, que son del 8,6%.


La falta de trabajo es inexorable,
la solución es urgente.


Probablemente sea Europa la zona con más dificultades para recuperarse, ya sea por las tasas inesperadamente altas o por la “emigración” de inversiones extranjeras hacia mercados más seguros. Esto, si bien parece no haberse acentuado drásticamente se puede prever para el futuro cercano, ya que en la última crisis petrolífera de 1973, la liquidez en créditos e inversiones se posicionó preferencialmente en países subdesarrollados cuyos mercados resultaban más confiables que los de los países centrales entrados en recesión.

El desempleo se presenta entonces como el primer y más grave efecto social, al que ningún europeo puede ignorar. De marzo a abril de este año, 556.000 personas se sumaron al grupo de los desocupados, totalizando para la Unión Europea en abril una suma de 20.825 millones de personas. Un año antes, por la misma época, el desempleo ascendió a 4.6 millones, una cantidad, si bien incomparable por minúscula a la de hoy, que ya prevenía a los europeos de una futura problemática a presentarse. Por esto es correcto afirmar que hasta la fecha se presenta un aumento del desempleo continuo por trece meses.

Polonia, que cuenta con un fuerte mercado y consumo internos, es uno de los países menos afectados. Los índices de desocupación más bajos se registran en Holanda, sólo con un 3%, y en Austria luego, con el 4,2 %. Los más afectados son, en tercer lugar, Lituania, con el 16,8%, en segundo Lituania, 17,4%, y España se posiciona a la cabeza con un monstruoso 18,1%. Para este país solo, la cantidad de individuos se acerca a 4.010.700, asemejado al 18% de la población económicamente activa (PEA).

Ante esto, en toda Europa se ha evidenciado un cambio en las costumbres de consumo de la población. Se reducen los presupuestos, se suspende la adquisición de objetos lujosos, categoría recientemente ampliada, que pasó a contener la compra de ropa, y los viajes al exterior. La adquisición de productos de uso hogareño, como elementos de limpieza, de decoración, ya no ocurre por medio de los grandes shoppings, sino por medio de los mercados de usados y ferias polirrubros . El ahorro se volvió el principal bien familiar. Pero para pesar de los bancos, la acumulación de fondos como respaldo financiero de las familias ya no los involucra, en muchísimos casos. El dinero se guarda “debajo del colchón”, por la mala fama que esos organismos se han ganado.

Entonces se presenta un fuerte contraste: en tiempos severos, en los que el consumo se reduce, los bancos regalan televisores con pantalla LCD, computadoras portátiles y demás objetos lujosos a quienes se atreven a depositar sus fondos, a modo de fomento para el resto de la población.

La Ley de Oferta y Demanda declara “a mucha demanda, poca oferta”, entonces, a poca demanda, mucha oferta. Esto es lo que sucede en ciertos países, como España, donde por la baja en el consumo los precios en muchos rubros han bajado por temor al abarrotamiento de la producción.

Para el gran porcentaje de desempleados, cualquier trabajo es aceptable, ya que, aunque haya países donde se cobra un seguro por desempleo, estas sumas como apoyo del gobierno no son ilimitadas e interminables. La cantidad de dinero recibido y la duración de la ayuda depende de la cantidad de tiempo que haya trabajado la persona en su último empleo.

Aún así, corren rumores de que esta crisis tiene un final cercano. Se espera que para fines de 2010 la crisis ya haya terminado, por lo menos para la Unión Europea.

José Luís Rodríguez Zapatero, presidente de España, se muestra confiado: el 2 de junio se evidenció un avance, el desempleo bajó un 0,68% (24.741 personas).

Entonces, aunque sea una crisis severa y que vengan tiempos difíciles, se confía en que la crisis haya llegado a un punto de inflexión, en que se cederá en el futuro cercano.

Probablemente uno de los aspectos más graves para la Unión Europea del desempleo, sea sus consecuencias a nivel social: la xenofobia y el rechazo ante los extranjeros, que se traduce en ataques terroristas, que han llegado a ser entre los mismos países que integran el bloque económico.

Por ejemplo, el ataque en Irlanda a una comunidad rumana , a mediados de junio. Es que representa un riesgo para aquellos habitantes de un cierto país que un grupo de inmigrantes ocupen lugar en el mundo laboral, reduciendo las posibilidades de los oriundos de dicho país. No en todos los países se otorgan seguros por desempleo, ya que no todos los Estados son lo suficientemente fuertes para costearse ese gasto. Más tajante resulta la problemática en aquellos países cuyos Estados o gobiernos se han desmoronado, cosa que se hace notar especialmente en la Unión Europea, con la caída de la República Checa, Hungría, Lituania y Letonia, todos ellos integrantes del bloque.

Hay un caso, el de Polonia, que no parece tan afectada por la crisis. Sin embargo, éste es un país muy dependiente de las exportaciones, cuya reducción ya se siente, y no tardará mucho más en hacerse presente en dicho país.

Para solucionar este problema, es necesario contar con fondos nacionales para que los Estados puedan crear fuentes de trabajo. Los nuevos puestos a crear podrían funcionar si parte de los fondos se dedicara a obras públicas que necesiten mano de obra. También se podría tomar el ejemplo del workfare estadounidense de los ’90, y reelaborarlo a fines de adaptarlo a las condiciones europeas: subordinar las prestaciones de dinero a desempleados, que asumen la responsabilidad de trabajar –bajo cualquier condición- incluso bajo la posibilidad de sanción ante el rechazo de un empleo.

Esto , aunque con modificaciones para no caer en condiciones infrahumanas de trabajo, podría atraer ciertas empresas extranjeras a que invirtieran, incluso se podría dar pie para una interacción de este tipo entre los países del bloque de la Unión Europea. De esta manera podría reactivarse el mercado laboral.

La Unión Europea ya está mostrando iniciativas de cautela con sus fondos: se ha suspendido el crédito a países que no sean europeos. A parte de cuidarse de posibles futuros morosos incobrables (países que tomen créditos y luego no puedan devolverlos) podría estar ahorrando fondos para cualquiera de las posibles medidas dichas previamente, y también podría estar situándose en una posición de alerta, para que, tal vez, si se presenta la necesidad de créditos dentro de la Unión Europea, sean los mismos países integrantes los que presten fondos para ayudar a Estados dentro del bloque.




BIBLIOGRAFÍA:

  • Diario Río Negro, Martes 19 de Mayo de 2009, sección Internacionales, “El Banco Mundial ve señales positivas”.
  • Diario Río Negro, Miércoles 3 de Junio de 2009, sección Internacionales, “El desempleo castiga a Europa”
  • Diario Río Negro, Jueves 18 de Junio de 2009, sección Internacionales, “Una noche de terror racista en Irlanda del Norte”
  • Revista Nueva, Domingo 10 de Mayo de 2009, sección Actualidad, “Los españoles frente a la crisis”

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